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    Hombres y mujeres hablan un lenguaje diferente: escritora

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    Claudia Peralta Vázquez

    Xalapa, Ver.- La directora editorial de la revista Algarabía, María del Pilar Montes de Oca Sicilia, resaltó que los hombres y las mujeres hablan un lenguaje diferente y estructuran de manera distinta sus acercamientos, lo cual aborda en su libro ¡Es que no me entiendes! Lenguaje femenino vs. Lenguaje Masculino.

    En entrevista con Universo, la escritora originaria de la Ciudad de México también rechazó que exista un deterioro en la lengua ante el uso e impacto de las redes sociales, cuando por el contrario, ésta se regenera.

    También compartió su gusto por las letras, los refranes, los regionalismos, algunas canciones y el origen de las palabras.

    ¿Sobre qué trata este libro?
    Es un poco la batalla del “femeñol” contra el “masculinés”, de ver que los hombres y las mujeres hablamos un lenguaje diferente y de esta forma también estructuramos nuestros acercamientos.

    Me adentro al porqué las mujeres somos más dadas a los chismes y los hombres a mentir; en cuál es la antropología de cada una de las razones por las que los hombres están en una sola cosa al mismo tiempo. Este no es un libro de autoayuda, nos da tips sobre las diferencias masculinas y femeninas.

    Es el tercer libro que escribo pero me costó mucho, es justamente de investigación, un estudio profundo de la idiosincrasia masculina y femenina, y por qué en esa arena que es la lengua nos encontramos, desencontramos y reencontramos.

    Está dedicado a todos los hombres y mujeres que día a día tienen problemas en sus relaciones con el otro sexo.

    Como mujer, ¿fue complicado llegar al puesto en el que hoy se encuentra?
    Quisiera llamar la atención, porque a las mujeres no se nos ve como empresarias. Yo hice Algarabía a partir de cero, estudié en la UNAM como cualquier hijo de vecino, también me iba en metro a la escuela y estudié en la Facultad de Filosofía y Letras.

    De repente hice esta empresa, Algarabía, que ya tiene 17 años, pero los socios y la gente no te toma en serio porque eres mujer, pienso que todavía existe ese atavismo, cada vez menos, yo no me puedo quejar porque tengo muchos rasgos masculinos y nunca me he victimizado.

    Seguramente fui acosada 400 mil veces y no los tomé en cuenta, no me gusta la postura de víctima, no somos víctimas pero sí es cierto que hay mucho camino por andar.

    Virginia Woolf, escritora británica considerada una de las más destacadas figuras del modernismo anglosajón del siglo XX y del feminismo internacional, decía: “Para que la mujer pueda ser, debe tener una habitación propia”.

    ¡Imagínate cuántas personas no tienen una habitación propia porque la comparten con el marido y con los hijos!

    Lo más común es que la mujer no tenga una habitación propia y no estamos hablando precisamente de una recámara, sino de un espacio propio donde una pueda escribir, leer, ser una misma.

    Dicho de forma metafórica, un espacio propio de soledad porque a la mujer siempre se le exige que haga la comida. En México lo más común es que las mujeres trabajen y al regreso se hagan cargo de la casa, cuando una gana igual o menos que el marido.

    En esas cargas sí hay un sexismo y no en el hecho de decir: “muchachos y muchachas, niños y niñas”. No nos detengamos en esas cosas, vayamos a cosas más grandes como el por qué a la mujer no se le da más tiempo para salir y el hombre no se pone las pilas y colabora en las tareas del hogar.

    Ahí hay un problema grave que no viene explicado en este libro aunque sí viene un poco el discurso del porqué las mujeres buscamos que los hombres ayuden domésticamente.

    Con el impacto y uso de las redes sociales, ¿la lengua ha cambiado?
    La lengua no se deteriora con el uso de las redes sociales, es un ente vivo, es como decir que la moda está deteriorada o que la cultura no es la misma de antes.

    La lengua siempre va a ser cambiante, no habla igual un joven que una persona de la tercera edad, no hablamos igual en Veracruz que en México, no habla igual un campesino que un profesor de una universidad, y por lo tanto los hombres y las mujeres hablamos diferente.

    Hay palabras horribles que antes se usaban y ahora no. Por ejemplo, hay expresiones de los millennials como “¿si topas?” (en las que topar equivaldría a  ver o conocer) o en otras, la palabra “pinche” es usada como adverbio.

    La lengua no se deteriora, cambia y se vuelve a regenerar. Los jóvenes de veinte años usarán esas palabras y escribirán mal, y si después mandan un currículo o un email a alguien al que le quieren pedir trabajo empleando frases como “¿qué pex?”, seguramente no se los darán.

    Saben perfectamente que deben estructurar su lengua porque a la hora de hablar podemos hacerlo como queramos, pero a la hora de escribir hay reglas muy claras y las tienen que seguir, hay casos en los que si no acentúas algo no te darán el trabajo. Si a Algarabía me llega un currículo con faltas de ortografía ni lo leo, lo tiro a la basura en ese momento.

    ¿Le gusta su profesión?
    Iba a estudiar matemáticas porque soy muy buena en esa materia pero tuve un accidente y estuve seis meses en un hospital. Al salir me metí de oyente a la carrera de Letras de la Universidad Iberoamericana, me gustó e hice examen para la UNAM.

    Ahora es lo que más me gusta en la vida, las palabras, los refranes, las frases, canciones, de dónde viene tal palabra, los regionalismos. Sé que no erré en la carrera, elegí la correcta.

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